miércoles, 28 de abril de 2010

Real

A pesar del pellejo acorazado
por dentro de las botas la noche sigue viva
en las huellas profundas sobre el barro
secos los pies, la noche sigue viva
y es casi media tarde para un sol fatigado de retrasar otoños
o es siempre ayer para el rosal marchito
( aquella esquina en que tenté a los dioses
cantando mi soberbia, ya no duele)
pero es la misma calle
el mismo polvo alzado por el viento
y las disquisiciones de los perros de turno
en torno a la razón de mis caricias:
da igual quién vaya a quién
quién done y quien reciba las migajas
si permutas el mismo desamparo
qué más da cuantas pátinas de luz
te infecten resplandor en la mirada
no hay hogueras, la noche sigue viva.

martes, 27 de abril de 2010

En el rincón

Sinsentidos, como pequeñas bolas de pelusa,
y en su espacio de juegos
columpios de pestañas, areneros de sal
ríos de fuego de papel plisado
que dragones de felpa vomitan en mi boca.

Tengo los ojos rotos
y en la caja de te 22 escalones pintados en cartón,
un ningún sitio al que ascender pisandolos,
un ningún cuerpo al que volver del nudo.

Pudiera en este instante descoserme la sombra
doblarla en sub versiones de pisadas
ceñirla al doble fondo de un cajón de miserias
para llamar al ángel de las disoluciones
y decirle:
esto que llevaremos, tómalo todo y pasa.

Como yo

Ni caminos ni pálpitos para quien ya desnudo
abarca su presencia
su verdadera traza
ya no dolor ni inútil fantasía.

Se trata de mirar
sin acudir de noche a los espejos
de oler sin ambición
y en las manos hallarse el ataud
como yo
que reconozco al fin al habitante
al ínfimo
tan ajustado al frío de este cuerpo.

Érase, de imposibles, una estrella
que vendría hasta el llanto,
el derramado en un país de sueños
del cuento idealizado para el nunca jamás
que ahora despierta en una boca triste

como yo
que he cerrado los libros de esperar un milagro
para decir mi verdadero nombre
con esta voz pequeña.



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