viernes, 30 de septiembre de 2011

Tiempo Imperfecto



San Luis, febrero de 2008.-



Si tal vez, de todas esas cosas que no amo
yo me amase,
y me creciera un vientre tras los párpados
de donde renacerme
y dejar el cubil de las tormentas…
Si entonces, de este olvido
en que me vivo, acaso como un eco
de un futuro distante
que ya ha pasado pero nunca llega
a absolverme de sueños,
me encontrara en mi piel sin las espinas
para verme a los ojos
y decirte:
estuve en ti, estuve sosteniéndote
los huesos cuando el frío
te mordía en los labios,
y estuve en las caricias de la muerte
pues yo era su lengua despertando en tu cuello
los suspiros y yo quien susurraba
palabras para el llanto y el gemido
desde el fangal preñado de cenizas
que arranqué de tu pecho.

Jamás te dejé solo.


El tiempo es una hiena que no sabe que ríe y que no sabrá nunca como llega a las venas
un temblor de gacela que lo mira, oculta en la espesura de los sueños.
El tiempo desconoce como sube el aroma del miedo a las pupilas y desata los fuegos esenciales
del hambre y de la sed, para nutrir la vida con la muerte.
El tiempo es una hiena que admite en la carroña su espíritu cobarde, y no sabe que sólo
son migajas caídas de las fauces victoriosas y puras del que toma el destino entre sus manos y se ríe del tiempo
con los labios aún tibios de placer y de sangre.



Y si, tal vez, de todas esas cosas que yo amo
tú me amases
sin el desdoblamiento del latido,
sin confundir mi nombre en el follaje
de todas las palabras que no soy,
entonces no creciese
esta espalda de hierro hasta rodearme
y ceñirme al silencio…
Si acaso te encontrases,
en mí, como una boca que me habita
desde la piel al alma y tus infiernos
se abriesen a mis pies para fundirnos
en una sola esencia calcinada,
me vieses en tus ojos
y pudieras decirme:
yo era la caricia que aliviaba tu frente,
el grito y las heridas, yo las voces
que hundían tu cabeza en la locura.

Jamás te dejé sola.

El tiempo es una hiena que no sabe que ríe, y no supimos nunca que dejamos el instinto vital entre sus dientes.
Míranos: siempre fuimos quien nos amó hasta odiarnos.



Aún nos siento temblar en la espesura.







5 comentarios:

  1. el tiempo es ese rayo

    a punto de alcanzarnos.

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  2. (por fin! el anterior formulario de comentarios era imposible!)

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  3. y nos alcanzará

    mientras lo perdemos en desencontrarnos.


    feliz de verte :)

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  4. partido en 0,25 por el rayo

    porque la otra mitad ya no está conmigo.


    .

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  5. hasta las mitades pueden ser infinitas.

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