martes, 20 de marzo de 2012

Not Home






Desde esta soledad a la que vas entrando, inútilmente triste,
te observo caminar
con los ojos vendados…

Tal vez sigas la  huella de mis ritos
y deba confesarte la marca del amor:
dos puntos que me sangran en el cuello, como si nada
pasase de doler…
y tantas cosas duelen, que van quedando
                                                         ancladas
a la costumbre férrea de ignorarse.

 Suelo decir tu nombre como un féretro
al que irá a descansar  mi armadura de risas
(aquellas ilusiones que afirmé  y vuelvo a jurar ciertas).

Vos te encojes de hombros,
miras hacia lo alto  como si ahí brillase algo más que mis lágrimas,
y seguís tu camino hacia la oscuridad que hay en mi corazón

tu paso tiembla como las decepciones en mi boca
puedo sentir que  huele como yo
el manojo de heridas que aprietas en un puño

y me callo las muertes y contengo el suspiro el zarpazo la huida 
                                           las palabras
                                       de apurar el adiós 
                            antes de que la vida nos encuentre .






).(

martes, 13 de marzo de 2012

Cristal (rescates)



Que para echar a vuelo las campanas hay que saber la forma del metal
-dicen las voces- 
el espacio que ocupan los cantos en el aire
y que del aire hay que saber su peso,
separar los celajes por color para después medirlos de cabo a rabo, y,
pocos segundos antes,
desenredar el cielo de las aguas donde anida el crepúsculo,
porque es sabido –dicen las voces- que si repican húmedas de sal,
tocan a duelo,
 y apodan huracanes con nombres de mujer.


Pienso mi nombre como una caracola
deshabitada,
Mi canto persiguiendo los vestigios corales de campanas de barro
sumergidas.
Pienso mi cuerpo un aria amedrentada por la ferocidad de los sentidos:
una voz amputada.


Cardúmenes de flores amarillas atavían sus frentes con airones luctuosos.
Llevarán la cuadriga – dicen las voces- de las inmediaciones de mi voz al collado
en que un bosque de cruces florece a media noche melodías de viento.
Que un Te Deum de sus trinos separará mi lengua de la tosca
y emergeré descalza, amplia falda de música
brillante de agua clara,
campana inmaterial que de su propias huellas recogerá las voces,
las llevará en los brazos,
desenredadas.


Piensas tu nombre como una caracola
desposeída
- dicen las voces-

Suéltanos.

martes, 6 de marzo de 2012

Morituri






No es este cuerpo…
Y pronto, ya despierta, otro perfume ronda,
un andar de cadencia diferente disputa con mis piernas
el pedazo de cielo que se esfuma.

No es esta voz, ni estas manos livianas, tenazmente vacías
tensando el arco de las certidumbres.
Sólo el sabor a sangre entre los dientes
se empeña en confundirnos. Nada Es, pero  aún
los rumores de cuero contra bronce desconocen la calle
por la que sigue andando esta que tiemblo.

Han sido tantas veces,
tantas las pérdidas y cuántos más han sido
los sollozos

que cuando alguien pregunta por el nombre de todas las tristezas,
les respondo : Viví.  No es más que eso.
El apócope
de  lo que no ha podido abandonarme
en la arena de párpados abiertos.

.


 ).(


viernes, 2 de marzo de 2012

Hoja en blanco


Te presiento en lo inmóvil.
Si ahora te atrevieras a nombrarme caerían exhaustos los espejos.
Podría recorrerte con los ojos cerrados,
confrontarte
cuarenta y cuatro golpes de indigencia en la piel
con milenios de sed entre los dientes,
medirte la esperanza regada en los baldíos
o deshojarme para ti las pústulas de nieve que florezco
pero somos
desde lo inmóvil tú,
yo desde lo dogmático del frío,
la misma entristecida reclamando una hoguera.

Me traerás los gritos desangrados
y voy a sonreír frente a la rabia con la resignación de los ausentes
como si nada roto en lo que importa.
Desde el olvido yo,
tú desde un sueño que no ha dejado la matriz del siempre
somos la misma lánguida seduciendo a la fosa

y me sabes
continua en lo que lucha,
desafiante del canto de los grillos,
de las campanas fieles a su torre.

Un hosco tintineo de sonajas nos conserva las manos en su tinta,
a un lado yo,
abriéndole los muslos a la voz que no atiendes,
tú desde el desamparo
amoldando a la cópula de afonías y rouge la herida taciturna:

en tus márgenes yo
garabateo
la misma telaraña
que contra los renglones me sollozas. 
 
 
 
).(
 
 
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