Raven Song














A solas, nuevamente,
recortando las letras, inventando palabras,
para entender el código secreto.
Las manipulo,
scrabble de la vida
que detrás de las puertas avizoro.
Las armo y me doy cuenta
solo puedo leerlas a través del espejo.
Cuando tu dices: “Viernes, aún no era de noche”
yo escribo “ven” y me han sobrado muchas.
Las ignoro, las tiro.
Es necesario a veces
mentirse torpemente por no matar un sueño.
A solas, nuevamente,
desangro a carcajadas
la garganta grotesca de la angustia.

……………………

He caído ante mí…
de rodillas al borde de los sueños.

En esta fiebre impropia y desgastada
de tanto pedregal entre las nubes,
comprendo que habían muerto aún no natos
y en el vientre perverso de los miedos
desecharon el brillo de mis ojos
(yo creí que era cielo
el fango nauseabundo en que volaba).

Regreso, humana forma en la que habito,
tal como soy y puedo:
un músculo que late acompasando
el fluir de los témpanos de sangre
dentro de un continente de miserias
que aprendió que vivir
requiere poco más que alimentarse…

Recuérdame el ayer…
Recuérdame quien fui para tus ojos
y abrázame otra vez,
para que, al menos hoy, una sonrisa
te de el rostro de mí que recordabas.

No temas…ven conmigo a lo profundo
de nuestra soledad insobornable.
Un poco más atrás… lejos del filo
que amenaza secar la última gota
de suave y delicada transparencia
(quizá con una lágrima nos baste
para no ser olvido eternamente).

Ven…escóndeme dentro…respiremos…
Inhalar…exhalar…rítmicamente…
Una vez y otra más… seamos una:
Indivisible Sombra, Alma y Sustancia.

¡Y no me dejes retornar al sueño!
No sea que nos quiten lo que queda
( si es que nos queda algo de esperanza)


……………………………………………….

En esta incertidumbre que me asfixia
soy la sombra inexacta de la luna,
en donde tú, Silencio, me desbordas
de miedos incoherentes y de llanto.

¿Me dejarás caer, piedra en mi pecho,
sin el noble latido, sin la sangre
rebelada a un fatídico destino?

Ah, triste amor contrario al raciocinio…
¡No he llegado hasta el sueño para hundirme
en un cruel despertar tras una lágrima!

No bastará tu herida, cruel Ausencia,
para alejar de mi alma su hermosura,
ni acabará este invierno al que me obligas
con el aroma del jardín perfecto,
ni el tiempo sofocando los suspiros…


¡Ah, dulce Amor, delirio en la tormenta!
¡No he llegado desecha hasta este sueño
para hundirle la lanza en el costado!


En esta incertidumbre, en esta sombra,
aún me atrevo a esperar sin un gemido
la mirada del ángel traspasando el abismo,
el soplo demencial de su aliento en mis labios…

…………………………………………………………….



No puedo amarte menos…
Sigues siendo una luz insobornable
aunque escape, de espaldas a los sueños,
y me obligue a vivir la mascarada
en la que soy de piel y realidades,
como si el cielo hubiese naufragado
en esta tumba abierta de mi pecho…

No puedo amarte menos, aunque quise
aligerar la sangre y diluirla,
no latir , sobornar cada suspiro
para que muera en mí, junto a tu nombre.

Me he bebido los besos del infierno
y he dejado mi cuerpo desollarse
en ajenas caricias, mientras muere
lo que de mí, ayer, fue como un río
derramado de dulces esperanzas.

Y sin embargo, el mundo no detiene
la hiel con que me inunda la mirada.
Nadie ha visto mis lágrimas
caer como puñales sobre el miedo
y nadie me rescata de las sombras,
Y aún así, no podría amarte menos.


………………………………………………………………….

Ellos me gritan -¿oyes? – que despierte,
con tanta realidad e hipocresía
que me sangran tristezas de los ojos.
Ellos dicen llorando
que no existen los sueños,
se han forjado fronteras para el alma
y grilletes que te aten a la tierra…

Diles que no es en vano esta locura
del beso sobre el labio de la ausencia
que la fiebre no se hace con el roce
de la piel en la piel o de miradas,
sino con el nacer de algún suspiro
que nos ahogue el pecho
y nos devuelva el ángel que negamos
al abrazar la idea de lo cierto.

Ve y diles que jamás he caminado
sobre imposibles ni mordí utopías
para calmar de sed mis soledades,
que aquí donde yo vivo
cantan las rocas y la mar es cielo,
los hombres llevan niños en el rostro
y nadie se naufraga en las tormentas.

Diles, Amor, que no los necesitas
para quererlos, ni has pedido a cambio
para darles mi vida,
que desarmen de hielo penetrante
los latidos pragmáticos y lasos.

Diles que si, estoy loca,
que modelo mis días sobre el barro
y al promediar la tarde
mis manos han sabido de belleza,
que escribo el pensamiento en sinfonías
y me danza de puntas el abismo
al que arrojo mis pasos surrealistas
con el color de lo increado aun fresco
aligerando el lienzo de las horas.

Ve y dile a él que nunca será sombra,
que nunca vana idea, nunca olvido,
ni pesadumbre, lágrimas o duelo,
que basta con creer en su existencia
para darle sentido al infinito
y para que no pese
haber vivido.

…………………………………………………………

Aún amaré lo que no fue, mañana,
y aún mi llanto parirá desvelos
sobre todos los nombres que te he dado.

Me exilio de la luz
porque el fuego en que vivo es de la hondura
de ésta sombra amarga que me acecha
desde el mismo infinito de tus ojos.

Un sueño sin sustento de caricias,
que no querrías saberme,
que heriría de lástima tus labios
Aiwé, hijo precioso del crepúsculo:
el pecado de amarte en el silencio.

Donde la tierra ahoga las semillas
y el demonio copula con los restos de mi alma
me encontraré, deshecha,
con los lobos del tiempo aullándole al olvido
encadenados a mi piel de nube
(infecunda promesa de llovizna
para las rosas negras de mi vientre),
y todos solitarios, enredo de nostalgias,
lamiéndonos los unos a los otros
las profundas heridas.

Para que no me sientas daga impune
en la espalda confiada del cariño
que pusiste a mis pies como una ofrenda…
Aiwé… luz que enceguece mi mirada
y me postra de bruces
ante la ruin imágen de mis días,
me asesino el deseo y lo devoro,
Dolor que no debía,
me arranco el corazón y los suspiros
Sueño que no debía,
te dejo el cielo en que no estuve nunca
Lómelindë… amor que no debía
y me llevo sangrando hacia la nada

………………………………………………………………….


Deja tu piel al pie de mis deseos,
ígnea… salvaje…mía…
Deja que dios acabe con su obra.
Invéntame indefensa
en el bosque entornado en tus pestañas,
desnúdame en tus labios
letra a letra
de nombres impolutos, de distancia
y pronúnciame hiedra
bajo tu lengua inquisitiva y pura.

Anúdame a la sed de tu mirada
inquiétame y salpícame de esperas
y luego bésame
así imposible e inconclusa o sombra,
abraza sin clemencia
la tibia envergadura de mis muslos
y ofréndame el sollozo
del goce demencial y la ternura
ante esta vida en muerte que te ofrezco,
un segundo… cualquiera
hurtado a la utopía de la noche.


………………………………………………..



A veces sueño que estoy viva… Escapo
por el filo navaja de mis horas
hasta aquél infinito en el que esperas
sin saber como o cuando
se llenará ese hueco de nostalgia
que convoca humedales en tus ojos.

Yo se, mi amor,
que el río no regresa
de su destierro al vientre de las cumbres,
como se que mi nombre
no llegará a tus labios,
que allí donde el vacío nos alcanza
no florecen las rosas
ni el viento se detiene a ser caricia.

Tal vez mañana viva,
sin el dolor de un sueño despertando,
serena de delirios,
injustamente yerma sin tu nombre,
sin creerte de piel
y versos emigrados de tus manos
hasta el borde preciso de mi boca
y me baste esta nada insobornable
y las rosas de cera del crepúsculo
que mueren de doler
en el frío desnudo de mis sábanas.

Tal vez mañana sueñes que he vivido
y no esperes de pie junto al silencio.
…………………………………………………………..


¿Acaso hay forma de escapar del tiempo?
Te derrumbas por dentro…
colina de cristal, entre mis manos
y el grito no compite con el sueño
y el fuego continúa trepidando en tu boca.
Histeria de no ser más que el delirio
de un dios que te ha plagiado de otro sueño,
y tuerce entre sus dedos tus entrañas…
Luz de mis ojos, huye…
Mi amor es como un vientre despojado,
un puñal lacerante
hundido en el tortuoso corazón
que no sabe de cielos ni belleza.
Mi solitaria espora
sin gineceo de albas esperanzas
no espera la mañana ni la muerte,
sólo abraza la sombra, ya no lucha,
por que no puede detener su frío.
Ah! Mujer diminuta…
Pequeña loba dentro de tus venas…
La sangre movediza te sumerge
en un rito de inviernos y fragancias,
de placebos de besos y lóbregas caricias,
y te vence su astucia recordándote
tus barrotes de piel, tus cobardías,
y acabas por no ser sino silencio…
………………………………………………………………………………..

Apenas soy el ala negra… el grito
que eleva su plegaria por el aire,
a los pies de tus sueños,
la hiel que cortaría de tus labios
la última inocencia…
la canción de mil noches
cayendo en el vacío…

Amor inconcebible en la cordura,
Amor de irrealidades,
de silencios…
arranca de mi piel tu aroma vivo
que he sido muerte en pie
antes que el tiempo
anidara la luz entre tus ojos.

Graznido de mi sangre,
el sonido del viento en las cornisas
de un insondable abismo
donde el veneno de mi alma escupe
sus anhelos profanos…
Esto es mi canto,
un arrastrar nocturno de cadenas…

No me abras los senderos de tu cielo,
que la codicia del deseo acecha
la fiebre de un segundo
entre tus brazos
y no sabré como aquietar la lava
sin cubrirte las manos de cenizas.


…………………………………………………………………………….


Puedes amarme.

Los sueños no corrompen los designios del tiempo,
ni se agotan las lágrimas del rojo
arrancado a las venas.
No volverá el Edén de sus abismos
a desatar los pájaros
que no emigraron de mis soledades.

Puedo amarte.

No le temo al dolor de la ilusa mirada,
cuando las decepciones
penetran el costado más fuerte de las dudas,
y absorben por la herida los deseos,

Vivo…Tiemblo…
desangro las estrellas
con mis ojos desnudos y auque muero
cada día desecha por mis sombras,
no niego al corazón
buscar en sus escombros la esperanza.

……………………………………………………………………….

Amor mío… que tiempo de nosotros nos alcanza
para robarnos lágrimas y atarnos
de espaldas a los sueños?

Camino…
Ríos turbios se levantan
como tumbas de nítidas penurias
sobre mi corazón.

Cuando no estas la vida es otra muerte
segura,
despiadada.

El viento aúlla con desesperanza
y tu silencio viene
a cubrirme de arenas movedizas
el último suspiro.

De la estrella robada de tus cielos gloriosos
para llenar de luz mis agonías
apenas queda nada.

Regrésame tu voz de amaneceres
arráncame esta noche
perpetua y dolorosa
de los ojos.


Estoy cayendo… Herida…
Lejos de ti…
Tan triste…

………………………………………………………………….


Roza mi piel y préndeme tus nombres
en el carcaj de mágicas visiones
que llevo adormecido en mis adentros.
Haré de amaneceres no tocados
y de nubes rosadas las espinas
que te busquen los ojos:
jamás la realidad será el estoque
que te arranque llovizna de los párpados.

Para amarte no basta una palabra,
ni mil lunas cayendo en los estanques
donde bañan las ninfas su pureza.
No basta este derrumbe de silencios
que desangra de enjambres los jazmines
y colma los delirios de mi boca
de delicados néctares libados,
ni basta alzar mi alma de tormentas
entre los monstruos crueles de la noche
y tu frente de níveos laberintos…

Para amarte es el Sueño de Ícaro en un cielo
sin soles depredando torpemente
la libertad bellísima del canto,
es un río de sangre que no acaba
diluyendo su ardor en un estuario
de cruel desesperanza y ledo olvido.
Para amarte es la Luz
que escapa de la sima de mi pecho
y destrona la era de las sombras
con apenas un brillo de luciérnagas.

Regálame ilusiones imposibles
del rocío que adorna tus cabellos,
por que haré manantiales de sonrisas
para empapar de mí tus soledades.
Déjame que te sueñe, dulce y libre
anidando en la palma de mi mano,
y déjame creer … tan sólo eso.

……………………………………………………………..

¿Acaso la embriaguez de nuestro sueño
fue solo de palabras
que hoy deliran espinas?

Despertaron mis ojos a un inmenso vacío
y descienden mis párpados
detrás de tu perfume de gardenias
por el sendero vertical del llanto.

Dime que no te marchas…
que la impiedad de este silencio estático
florecerá caricias
entre las lunas llenas dormidas en tus dedos
y callarán los cuervos en mi boca
sus ígneos laberintos.

No me dejes la muerte dibujada
de eternidades grises
entre las nubes negras de tu olvido.

Un eco del susurro de la hierba
bajo mis pies descalzos
no alcanza para que huyan los jardines
del miedo, de la escarcha
que ha de parirnos lirios funerarios.

Dime que aun podemos
soltar las mariposas de la risa
sobre los cielos límpidos del alma
y guiñarle ternuras
de cómplices secretos a los cuásares.

Rasga los negros velos de tu ausencia
y trenza en mis cabellos
los huérfanas quimeras de la lluvia
que acunan tus pupilas desoladas.

Anida en mi regazo
los manantiales fértiles del verso
para que yo te abrace en mis poemas,
porque mi pecho estalla
volcanes de tristeza en esta noche
y me acecha la muerte, sin tu canto.


……………………………………………………………

Ya no tengo palabras,
ni versos, ni mentiras que puedan ocultarte,
hoy sólo tengo lágrimas,
hoy sólo es el amor
abierto a los misterios de su canto
intruso y ebrio de temor, tan solo…


Jamás podré decirte cuanto duele
no poder abrazarte,
como quema por dentro el imposible,
el patético gesto de mis manos
profanas tras el vuelo de los sueños…

Jamás…y aun así, no se marcharme…


………………………………………………………………


¿De qué divinidad aun no saciada
de perversos ardores vengativos
seré un último y triste experimento?

Polvo en el viento, aliento de calderas,
Dorothy anclada en pérfidas visiones,
angostura del bruno Edén errante
donde hacinan su aroma de tormentas
eléctricas los besos nunca dados.
Estrecho cáliz de dolor, hiriente
jardín crepuscular… desmoronado.

Dime que ves en este erial, oh! Sirio,
cuando toca tu luz mi oscura boca?
Cuando me colonizas de nostalgia
qué ternura de mí fluye a tu vera,
qué camino amarillo, desahuciado?

¿Qué monstruo vive en mí, nato del Miedo?
Linaje de naufragios…Marioneta…
Meretriz de deidades inclementes
que se suaviza y tiembla ante tus ojos…

¡Que ligero tu roce…cristalino
tu resplandor en mí, Prodigio Alado!
Me aferro a ti para escapar del odio…
Cándido Amor, irrealizable sueño,
sólo tú puedes detener el llanto.
…………………………………………………….

Huirme…desoírme…doblegarme
en esta soledad, cuando mi sangre
toca a vuelo los últimos jazmines…

Mil tardes… mil instantes
danzando sobre un sueño,
girando sobre mí… Bajo mi cuerpo
mi voz entona lágrimas distantes…
caen sobre tu pecho
y enhebro confidencias en la tarde:
Te amo… ¿No lo sabes?

Esconderme…negarme…escarnecerme
en este frío, amor… danzando sola,
girar sobre tu ausencia… en tu silencio…

¿Dónde manché lo puro de tus ojos?
¿Cuándo el deseo me llamó a tu cuello?
Te amo… ¿Lo has sentido? ¿Eso te hiere?

Toma mi mano…gira… regresemos…
que mi voz no te toque,
que no te alcance el filo de mi infierno.

Volveré a aquél instante en que tus ojos
encendieron estrellas en mis sueños…
Mil tardes para ser solo una sombra,
danzando… sola… lejos de tu cielo…

Tú, trino… melodía incandescente…
Yo… nada… nadie… ausencia…
besándote de lejos en el viento.

…………………………………………………………..



Toda mi vida… toda se mece entre tus trinos,
criatura que no alcanzo con mis besos,
y olvido lo que soy… mis negras alas
se pliegan en un soplo de locura…


Olvido sin dolor la última gota
de sol sobre los labios, la caricia
segura de la muerte que me ronda.

¿Por cuánto tiempo más tendré la fuerza
de sostener la máscara
que niega tu fulgor sobre mi rostro?

Tiemblo de ti… suspiro de tu aliento…
Pero el mundo persiste en su simpleza
y arroja piedras sobre mi abandono.

Y tú… ¿Podrías acaso perdonarme
si anegara la seda de tus palmas
con lágrimas confesas de deseo?

Cruel destino de sombra besándote las huellas,
lo que seré, mi amor, si no me miras…
Si me miras, huir para esconderme
y no sangrar tus manos de imposibles…

Cruel y dulce destino de adorarte
de rodillas, al borde del silencio
que, infame, oculta la verdad del alma.
……………………………………………………….


¿Cuántas celdas se pueden pergeñar en los dedos?
Si es que fuese la sangre que brota de la pluma,
o si fuesen los huesos aliándose a las letras
para solo decir lo que se siente
y no escupir cenizas de sórdidos silencios
sobre los manantiales del latido,
cuanto de mí podría elevarse del cieno,
del sepulcro abisal hecho de espantos
en el que nunca acaba sin herirnos
la miseria indolente del afecto.

Lo que te pertenece irá muriendo
si haber visto amanecer contigo
el brillo emocionado de mis ojos…
pero para mi angustia jamás serás olvido:
no puede haber pasado donde nunca hubo nada,
ni decirse un adiós sin la tristeza cómplice
de un instante en que dos fueron mirada
hacia un mismo horizonte de promesas.

La oscuridad atrapa los destellos
de los últimos astros vespertinos…
ilusiones robadas de tus labios
cuando estabas dormido en una nube
de lirios, y yo andaba desnuda entre los pétalos
para serte invisible, indescifrable,
y beber el rocío salado en tus pestañas,
divinos sueños que arden en mi boca
manchada de puñales y venenos.

¿Cuánto dolor se puede guardar sin un gemido
que rompa los cristales de inocencia
en los que me dibujas la sonrisa?
¿A dónde iré si se abren tus pupilas
del sol sobre esta tumba
de alas cortadas y suspiros presos?
Amor, corre los velos piadosos de tus párpados
y no me veas llorar sobre la vida
que no me está esperando entre tus manos…
déjame un poco más creer el vuelo
de mi pobre canción encadenada al llanto.

………………………………………….

Me he visto ahogarme en mares de gardenias
goteando trementina los cabellos
ceñida al óleo dulce de sus pétalos albos,
muy quieta… eternizada
sobre el lienzo luctuoso del hastío.

Me he visto adormecida en mis adentros,
aromada la piel en utopías,
coloreados en sepia los paisajes del alma
que cuelgan del vacío de mis cuencas…

Me he visto caminando entre fantasmas,
serena y resignados los deseos;
ataviada de ocasos harapientos
la sangre… y los sentidos
flotando yertos en la brisa errante
que fluye de mis labios a la muerte.

Sin que temblara el pulso,
me he visto irme amando
las corolas gozosas de un futuro distante
que busca mi mirada y la desviste
tiernamente de gris con sus promesas…

Sería tan fácil detener el tiempo,
tan dulce el beso de la eterna sombra…
Pero me se cobarde. Entre tus brazos
me detiene la risa burlona de la vida
y sin una protesta, yo me quedo…

Porque también me he visto amar en el silencio,
o reventar los tímpanos del aire
con las imprecaciones del fuego contenido
en los párpados crueles del anhelo
si es que tu voz me llama
desde su propio abismo…
Te amo... sólo... abrázame...

……………………………………….

No olvido
que soy la nota gris en una sinfonía
de corolas sopladas por el viento,
si acaso, entre mis sueños, una raíz de olivo mutilada
pretendiendo los verdes imposibles,
que ni paz ni esperanza
cantan en las trompetas discordantes
con el dolor metálico
que yo quise de pétalos.

Melodía de lágrimas pringando el horizonte
de minúsculas gotas azuladas,
las húmedas cenizas de un viejo paraíso…
Que ni agua ni sangre, que ni vino,
para mis labios pétreos.
No olvido lo que soy,
jarro vacío, amargo, triste sorbo
de histriónicos gemidos bajo suelo.

No lo olvido… entonces no lo olvides,
Amigo, cuando vibras con mi canto.
Es más negra mi alma que la luna
que te miente al traerte a mi tormento.
Antes de ti, mi sino estaba inscrito
en los ojos del tiempo
y no sonaba a música preciosa
en las galimatías de mi llanto.

No me nombres sirena, ni poeta,
si no sabes quien soy, si sólo escuchas
el rastro de mi voz en las alturas
pues no es el ruiseñor
quien me presta las alas para el verso.

………………………………………


Pero cántame. Tú llenas mis manos
de sueños que traspasan los designios
de soledad y danzo en los reflejos
de la luna, y soy fuego
y me devora
cada trino, lejano, de tu alma.

Un Ángel viene a mí, rasga los velos
de este averno mortuorio,
trae rosas y música en tus versos,
se recuesta a dormir entre mis alas,
y recuerdo que un día estuve viva.

………………………………….


De pronto todo es miedo…
Necesito tu pecho para yacer desnuda,
el hueco de tu mano deteniendo el vacío,
borrándome las huellas de los lobos,
beso por beso y llamarada torpe
que me impiden volver de la agonía.

Y tu silencio ahogándome.
Deliro entre los sueños imposibles...
¡Son tantas las espinas en mi boca!…
Alas negras de cuervo
mis palabras llamándote en las sombras,
sonrisa indiferente si regresas Ternura,
Inocencia, Tristeza que no es mía…

¿Puedes sentirme?
Soy la húmeda boca de la noche,
hambrienta, enamorada de los astros.

Una Mamushka , dentro de mí misma,
cuántas que no conozco, que no entiendo,
sin encontrar el puente hacia su mundo.

¿Vuelas conmigo?
Danzo entre las pestañas de la lluvia,
oculto en ella el ácido desierto
que me quema en los ojos.

Perdida en mí, te siento acompañándome.
¿Caerás a los abismos de mis miedos?

Puedes aunar en ti mis infinitos?
Dispersa en laberintos disgregados
deliro entre los sueños imposibles…
¡Son tantas las espinas en mis labios!…

……………………………………………..
Ansío despertar…
La realidad confunde mi mirada,
enreda pesadillas en mis dedos.
No reconozco el límite, no escucho
las campanas a muerto
cuando amanece sobre cada tajo
profundo en los sentidos.

Ríos de sangre corren a mi encuentro
por sobre el empedrado de las calles…
ríos de mí, trayéndome tu nombre.

Un deambular de hipócritas fantasmas
me persigue los pasos,
y yo aprieto los puños temblando soledades,
te escondo el los bolsillos de mi alma
como una flor robada en los jardines
de un cuento para niños…
En los míos no crece sino hastío,
un otoñal y áspero silencio.

Cicatrices de asfalto bajo mis pies desnudos,
y el bosque de cemento calcinado
de soles y espejismos…
todo confluye al mar de la derrota
por el cauce nostálgico
que abre sus fauces de ansiedad ambigua.

Necesito acunarme en una noche
eterna y sosegada,
mis brazos enredados a su cuello,
su aliento de beleño rozándome los labios,
su lóbrega caricia en mi cintura
y adormecer mi vientre con su frío…

Ansío despertar dentro de un sueño,
huir de esta rutina de deseos cautivos
y devorar los días
de éste no ser en mí en que te espero.

………………………………………………

Porque a veces regreso desde mí,
como vuelve el rocío a los jazmines
cuando la luz se muere en las ventanas
y tras de los cristales
el mundo es ese monstruo que no entiendo,
te veo más allá de las miserias
que sellaron de olvido mi cordura,
y te ofrezco estas manos
ateridas de sueños inconclusos.

Duermes en la frontera en la que expían
su soberbia los besos contenidos,
y la piel permanece sosegada
como si los deseos marchitasen
antes de haber rozado con sus dedos
las delicias del aire incandescente
cuando imanta dos cuerpos a la vida.
Porque a veces regreso,
te ofrezco las caricias que no acaban
cuando el amanecer prorrumpe en llanto.

¡Úsame, soledad! Usa el silencio
que até a mis labios. Usa las palabras
que no acabaron de morir, nostalgias
que anegaron con sangre de la noche
lo que fue un corazón. Usa este hueco
hecho de sombras que quedó por alma,
y anida en mí tu desolada frente,
que afuera vuelan pájaros sin rostro
y huele a sol despótico en el aire.

………………………………………….

Tengo de ti el aroma fragante del crepúsculo
cuando no sabe a muerte del día entre las nubes,
el íntimo silencio que me queda
después de haber soñado
ternuras, espejismos en tu boca distante,
jardines en que soy sólo la brisa
y no puedo dañarte si me quedo,
si acaricio tus manos…

Tengo de mí el dolor de los abismos…
la verdad que desangra la mirada
del árbol que se muere desahuciado de brotes,
desterrado del goce de los nidos…

No es posible volver del corazón helado del invierno
a la cruel primavera de tus ojos…
Ah!. Dulce cielo, nueva melodía
que nace entre suspiros
cuando mi vida acaba ya sus notas y cae
sobre mis labios mustios
la cadencia imposible de tus besos.

………………………………..





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