Tentar al ángel


El ansia









“Donde quiera que esté el cadaver,
allí se reunirán las águilas”
Mateo 24:28



Un idioma burgués me ha cerrado los ojos
desconoce
mi aguamanil de sangre


( aleja de mi vientre el grito ácimo
el gusto tieso, la expresión mundana)


demando, amor,
el cuerpo de Narciso ungido de silencio
la usura frágil
del breve gesto, el verbo solitario


dame a beber del fondo
la saliva enlodada de un reflejo
no de la cornucopia ahíta de palabras
el hueso áspero
ni el hímen fermentado de una misa


no ves, amor, bajo la piel del agua,
el cielo recostado
la diadema de águilas custodiando la cuna?


(es demasiada espada, dulce Ameinias,
para nuestros cadáveres
y demasiado sol para los cuervos
la algaba acuosa de mi voz llamándonos
desde la transparencia)





                                   Como en los cuentos




Y nuevamente le suplicó que la matase de un tiro y le
cortase la cabeza y las patas.
El pájaro de oro- Hnos. Grimm

Recuerdas aquél pájaro, la princesa de oro,
y la zorra pidiéndote la muerte?
He descendido el último peldaño de un castillo de arena,
despedí a los guardianes del futuro
(ya no duermen desnudos en la nieve)
y le juré a mi niña: todos los cuentos son el mismo cuento
fregonas consumiéndose en la espera
y un héroe al final de cada hechizo

interrumpo la queja.
verás… la realidad es esta copa de la que nadie bebe
es un girar del mundo en torno de una estrella agonizante
un devenir de arrugas sin caricias

todo al fin se destruye y no pregunta
si entendiste por qué es la Soledad
la única princesa que sonríe cuando los libros cierran
sus promesas vacías

ahora ven, justifícame
llévame al centro del salon dorado
hazme bailar sin patas ni cabeza sobre la verdadera oscuridad
sé que el final feliz para nosotros ha muerto entre tus brazos
lo sobrevive un pájaro de oro
que está volando lejos del gemido que soy

sólo nos queda tiempo
como una lluvia densa que soportar al raso

pero ahora ven
a dar la medianoche con un beso en mi frente
que mi último recuerdo sea tu voz diciéndome hasta ahora
y que descanse
lo que aún falte doler de los cien años


                                                                                 


                                                                             Sur
                                                                      






   Si te cupiera un poco más de credo entre letra y porqué

    si no hubieses soplado tu ego sobre el mundo

    desuniendo tu historia de tártaro invernal, quizá una flor,

    y no una cruz

    entre el arco y La Mosca.



    Sobreviven los pétalos radiantes en tu cuello sonámbulo

    y pernoctan, tendidos sobre el lomo, la cola entre las zarpas.



    Te has dicho una prisión para tu cielo

    y el Sur es más oscuro y calla los caminos,

    porque a esta hora sabes que vivir nada tiene que ver con respirar,

    y ya no puedes enfrentar los ojos de Acrux sin malherirte

    de nimiedad y piedra.



    Sucedes hacia adentro.

    Del universo queda el gusto a sal, un rechinar de huesos sin raices.

    Un sueño inhabitable pero amado hasta el filo

    hasta los cuatro extremos de agonía

    que deshojan tus noches .





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