Y aún llamáis amor a esta criatura
que inerte y fría
no desprende sus dientes de mi mano?
Y aún decís belleza
frente al vacío abyecto de mis ojos?
Pero es verdad que amo.
No es difícil la fe en lo que no existe.
Y más cierto el constante peregrinar del címbalo
hasta el Dolor sin Ser
que alimenta mi carne de sal negra
El no aleja su aliento de mis labios.
Lo sé, porque la herida me sigue amaneciendo
de llanto incontenible.
.().
pero es verdad.
ResponderEliminarlo que no existe.
Siempre.
ResponderEliminarHola Viví, me he quedado de piedra al leer el poema. Porque mientras tanto, a 9000 km otras manos escribían un poema que ahora voy a dejar en "A oscuras en la luz"
ResponderEliminarA ver si tu ves lo que yo veo, es curiosísimo.
Genial tu voz poética, como siempre.
Besos.