Me cansé
de moteles lingüísticos y sus conjugaciones seminales,
del amor porque rima y el acento en el ansia,
de no llegar al margen
para que sobreviva la quimera
de los borrones místicos
emparedando al verbo original y me cansé
de cuerpos en voz baja
declamados
negados
deliberadamente sustituidos.
Quiero el estrépito
animal, el choque de lóbulos y labios,
el gruñido febril
y el ininteligible tambor de pieles. Sólo
las guturales bestias
de pubis iletrados,
la entrega desprovista de promesas.
El único poema que no aprendió a mentirse.
).(
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la única sábana.
ResponderEliminaramo ser transparente ante tus ojos. ;)
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